viernes, 21 de noviembre de 2008
5 comentarios:
- Microbial dijo...
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estoy tan ebrio qeu no comprendí demasiado, prometo leerlo pronto en juicio
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21 de noviembre de 2008, 23:47
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Anónimo dijo...
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Holas es un poema increible que bien por haberlo subido a la red.
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8 de marzo de 2009, 16:28
- la voz de tu conciencia dijo...
- Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
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17 de marzo de 2009, 17:05
- Montoya dijo...
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hola como estas.. sabes soy un poeta aficionado.. y pues me ha encantado este poema..si puedes visita mi blog. y dame tu opinio sobre mis
poemas http://poetalocal.blogspot.com/ -
4 de febrero de 2010, 16:01
- Brujo Malo de Ningún-Lugar dijo...
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Hmm. Me parece que alguien (no el autor) lo extendió con unos cuantos versos que aunque bellisimos, no hubieran podido estar en la versión original.
En lo personal prefiero esta nueva. -
17 de enero de 2011, 19:08
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y la sangre se arrastre y mis nervios se alteren
con punzadas dolientes.
Y el corazón enfermo
y las ruedas del tiempo giren lentamente.
Permance a mi lado, cuando a mi fragil cuerpo
le atormenten dolores que alcanzan la verdad.
Y el tiempo maniaco siga esparciendo el polvo.
Y la vida furiosa siga arrojando llamas.
Permanece a mi lado, cuando vaya apagándome.
Y puedas señalarme el final de mi lucha.
Y el atardecer de los días eternos
en el bajo y oscuro borde de la vida.
Permanece a mi lado, cuando el camino se acabe.
Y lo recorrido no sea más que un recuerdo,
un instante suspendido en el tiempo, en la eternidad.
Y la verdad me alcance, y la verguenza se rinda.
Permanece a mi lado, cuando todos se hayan ido.
Y la soledad me amenace,
y la oscuridad me envuelva.
Cuando el sonido de tu voz sea el último nexo con la vida.
Y tus ojos me miren y tus labios me besen.
Permanece a mi lado, cuando la vida me deje,
y no pueda cantar, y no pueda gritar.
Cuando las olas del mar no me lleguen
y la brisa desprenda la verdad de mis días.
Permanece a mi lado, cuando todo parezca sucumbir al hastío.
Y el tedio se canse y la esperanza no nazca.
Y la música se ahogue, callada, lenta, mojada,
en mi burlada garganta.
Permanece a mi lado para no perderte ahora,
para quererte siempre, y así protegerte
de la llama incandescente que derriba las puertas
y aplasta las vidas, dejandolas muertas,
en espantosa huida.
In Memoriam A.H.H. (fragmento)
Alfred Tennyson